Luis Alberto Ambroggio Poeta hispanounidense

Luis Alberto Ambroggio

Su voz es sabia y filosófica. Posee una cadencia inimitable, un buen sentido fuera de lo común y una profundidad latente, porque hay fuego en el azul de Ambroggio, un erotismo telúrico en su registro lírico.

Oscar Hijuelos, Premio Pulitzer

El poeta…

Luis Alberto Ambroggio nació en Río III, Córdoba, Argentina (1945). Es Miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, correspondiente de la Real Academia Española y del PEN. Ciudadano de los EE.UU. donde reside desde 1967 con Diplomas de postgrado en Filosofía, Ciencias Sociales y Administración de Empresas.

Ganador de la Convocatoria de la TVE sobre poemas de la soledad en 2004 y acreedor de numerosos reconocimientos por su trabajo poético y de ensayista, Ambroggio fue Presidente de la Delegación en Washington D.C. de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, Director de la Academia Iberoamericana de Poesía en Washington, DC, miembro de SIADE, de la Academy of American Poets, de la Asociación Canadiense de Hispanistas y del PEN.

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Un poema…

¡Basta!

Nunca le hubiese visto la poesía
a esa palabra tajante,
pero en su agresividad cargada
de emociones y en su decisión profunda,
la admiro: ¡Basta!
Decreto personal inapelable:
se acabó la injusticia, la tumba,
lo que nos encadena como piedra
y nos impide seguir los edictos
de los sueños, de la libertad
de los principios inocentes
antes de ser esqueletos
de los dictadores de rutina,
sometidos bajo el yugo
que nos niega el beber
el gozo de la arena,
la vida que perdura,
la dignidad de pueblo.
¡Basta! de la dureza
que no respira ternura
desde el caudal del origen,
desde la jungla de los sueños
desde el aire desnudo.

Declaro que me pertenezco,
me pertenece y posee la humanidad materna
a quien yo mismo pertenezco
y no a los credos, mandatos o disciplinas
que gritan bendiciones o maldiciones
con el don de lenguas y otros disfraces
de luz altiva o de amenazas.

Me festejan los azares.
Estiércol, abono,
raíz , brote y semilla,
mi dueño es la tierra.
Me repudian las jerarquías
como yo también las repudio.
¡Basta! Un ¡basta! sin confines.

© Luis Alberto Ambroggio (del poemario Todos somos Whitman, 2014).

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