Inmigrante
Se enriquece con los océanos
y territorios del pasado.
Trae la energía de los vientos
que lo inspiran y construye
nuevas raíces de patria,
anclas y nidos.
Sus alas, manos de siembra
en la ansiedad de lo inesperado.
Hay nuevos hermanos, caines y abeles,
dentro del sudor y su futuro.
Pero despierta la esperanza
en fórmulas, surcos, ladrillos orgullosos.
Venas de sangre nueva
fermentan la humildad de la cosecha.
Crece en todas las páginas
de la historia, huesos, coros,
astros de oro en el horizonte.
Las sombras son calles ahora,
nombres de barrios que cantan
una melodía de logros sin epitafios.
Se han mezclado las horas del polvo
con el cielo, columnas de ultramares.
Anhelos renovados se erigen desde el antes
sin el sacrilegio del olvido;
sí, con la fidelidad del agradecimiento.
Despierta en cada parto.
Es un nosotros sin fronteras,
aunque se lo envuelva en el rechazo.
© Luis Alberto Ambroggio (del poemario El escondite de los plagios, 2020).