Paisajes de USA
Si cada ladrillo hablara;
si cada puente hablara;
si hablaran los parques, las plantas, las flores;
si cada trozo de pavimento hablara,
hablarían en español.
Si las torres, los techos,
los aires acondicionados hablaran;
si hablaran las iglesias, los aeropuertos, las fábricas,
si cada surco de este país hablara,
hablarían en español.
Si los sudores florecieran con un nombre,
no se llamarían piedras, sino González, García,
Sánchez, José, Rodríguez o Peña.
Pero no pueden hablar.
Son manos, obras, cicatrices,
que por ahora callan…
pero ya no, ¡ya no!
© Luis Alberto Ambroggio (del poemario Laberintos de humo, 2005).